El
ruido ambiental afecta a muchas personas. Nos puede afectar tanto desde
el punto de vista fisiológico como psicológico e interferir con
actividades básicas como dormir, descansar, estudiar y comunicarse.
Aunque estos efectos sobre la salud humana se conocen desde hace tiempo,
en investigaciones recientes se ha observado que se presentan con unos
niveles de ruido inferiores a los que se consideró con anterioridad.
El ruido ambiental —sonido exterior no deseado o nocivo— está cada vez
más extendido, tanto por lo que respecta a su duración como a su
cobertura geográfica. El ruido está asociado a numerosas actividades
humanas, pero las que más ruido producen son el tráfico ferroviario, el
tráfico rodado y el tráfico aéreo. Es un problema que afecta de manera
especial al medio ambiente urbano.
En Europa, por ejemplo, cerca del 75 % de la población europea vive en
ciudades, y los volúmenes de tráfico siguen en aumento, por lo que la
población expuesta a niveles no deseables de ruido aumenta año tras año.
Lo que conlleva que en muchos países europeos el número de denuncias
relacionadas con el ruido ambiental esté creciendo.
Puesto que el ruido ambiental es persistente e ineludible, una parte significativa de la población está expuesta al mismo. El Libro Verde de la UEsobre la política futura de lucha contra el ruido en
indica que en torno al 20 % de la población de la UE sufre unos niveles
de ruido que los expertos sanitarios consideran inaceptables, es decir,
que pueden causar molestias, alteraciones del sueño y efectos nocivos
en la salud. La Organización Mundial de la Salud
(OMS) estima que cerca del 40 % de la población de la UE está expuesta a
unos niveles de ruido derivado del tráfico que superan los 55 dB(A)en, y que más del 30 % está expuesta a unos niveles que superan los 55 dB(A) por la noche.
La cuantificación de la carga de enfermedad relacionada con el ruido
ambiental es un problema emergente para los responsables políticos. La
exposición al ruido no sólo produce alteraciones del sueño, molestias y
deterioro de la capacidad auditiva, sino también otros problemas de
salud como los trastornos cardiovasculares. La carga de enfermedad
causada por el ruido ambiental no se ha cuantificado aún. La
Organización Mundial de la Salud lleva a cabo un estudio que aborda diversos efectos del ruido sobre la salud.
Además, los efectos del ruido se potencian cuando interactúan con otros
factores de estrés ambientales, como los contaminantes atmosféricos o
los productos químicos.
El ruido afecta también a la fauna y la flora. Las repercusiones a largo
plazo en este sentido —por ejemplo, cambio de las rutas migratorias y
alejamiento de los animales de los lugares de su elección para la
alimentación y la cría— necesitan una investigación más minuciosa.
Efectos del ruido en la salud.
Dada la creciente conciencia y conocimiento ambientales del impacto del
ruido en la salud, la psiquis, el rendimiento y el bienestar, la lucha
contra el ruido ambiental es cada vez más importante. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) describe al ruido como la primera molestia
ambiental en los países industrializados.
El ruido afecta a las personas de diversas maneras. Sus efectos están
relacionados con la audición, el sistema nervioso vegetativo, la
psiquis, la comunicación oral, el sueño y el rendimiento. Puesto que el
ruido es un factor estresante, una carga mayor para el cuerpo produce un
mayor consumo de energía y más desgaste. Se sospecha que el ruido puede
favorecer las enfermedades en que el estrés tiene una función
importante, como las enfermedades cardiovasculares, que se pueden
manifestar en la forma de hipertensión, infarto de miocardio, angina de
pecho o incluso apoplejía.
Los efectos para el campo psicológico también son graves. El estrés
producido por ruido ambiental - en especial el ruido del tráfico - es
una preocupación principal, no sólo en los países industrializados, sino
también cada vez más en las naciones en desarrollo.
Debido al continuo y masivo aumento de los volúmenes de tráfico, tanto
vial como aéreo, el estrés causado por el ruido ambiental ha tenido un
incremento constante en su duración y en el área afectada.
El daño auditivo producido por el ruido relacionado al ocio también es
preocupante. La fuente más común de ruido en este contexto es la música,
a la cual el oído está expuesto por distintos medios de audio en
lugares diferentes (reproductrores de música portátiles, sistemas
estéreos, dicotecas, conciertos). La mayoría de la gente subestima el
riesgo de sufrir daño auditivo o incluso lo niega conscientemente. El
mayor problema (o aspecto) es crear conciencia en el grupo de mayor
riesgo, por lo general los jóvenes. En este respecto, se llama a los
legisladores a intervenir y disminuir el potencial de daño con la
introducción de limitadores de nivel de sonido en las unidades
reproductoras de audio y niveles de sonido máximos permitidos en los
eventos musicales o prohibir los juguetes que son muy ruidosos o que
producen niveles de ruido excesivamente altos.
La Asociación Médica Mundial,
de acuerdo con sus objetivos médico-sociales, llama la atención sobre
el problema de la contaminación acústica con el fin de contribuir a la
lucha contra el ruido ambiental a través de mayor información y más
conciencia.
El ruido en jóvenes y adolescentes
Según la OMS Unos 1100 millones de jóvenes y adolescentes corren el
riesgo de sufrir pérdida de audición por el uso nocivo de aparatos de
audio personales, como teléfonos inteligentes, y por la exposición a
niveles sonoros dañinos en lugares de ocio ruidosos, como clubes
nocturnos, bares y eventos deportivos.
La pérdida de audición tiene consecuencias potencialmente devastadoras
para la salud física y mental, la educación y el empleo. De los datos de
estudios realizados en países de ingresos medianos y altos y analizados
por la OMS se desprende que casi el 50% de los adolescentes y jóvenes
de 12 a 35 años están expuestos a niveles perjudiciales de ruido por el
uso de aparatos de audio personales y que alrededor del 40% están
expuestos a niveles de ruido potencialmente nocivos en lugares de ocio.
Un nivel perjudicial de ruido puede ser, por ejemplo, la exposición a
más de 85 decibelios (dB) durante ocho horas o 100 dB durante 15
minutos.
La exposición segura a los sonidos depende de su intensidad o volumen,
así como de su duración y frecuencia. La exposición a sonidos fuertes
puede desembocar en una pérdida de audición temporal o en acúfenos
(sensación de zumbido en los oídos). Cuando se trata de sonidos muy
fuertes o la exposición se produce con regularidad o de forma
prolongada, las células sensoriales pueden verse dañadas
permanentemente, lo que ocasiona una pérdida irreversible de audición.
Recomendaciones de la OMS
La OMS recomienda que el nivel más alto permisible de exposición al
ruido en el lugar de trabajo sea de 85 dB durante un máximo de 8 horas
al día. Muchos clientes de clubes nocturnos, bares y eventos deportivos
están con frecuencia expuestos a niveles incluso más altos de ruido, y
por lo tanto deberían reducir considerablemente la duración de la
exposición. Por ejemplo, la exposición a niveles de ruido de 100 dB, que
es la normal en esos lugares, es segura durante un máximo de 15
minutos.
Para proteger su audición, los adolescentes y los jóvenes pueden
mantener bajo el volumen de sus aparatos de audio personales, ponerse
tapones en los oídos cuando acudan a lugares ruidosos, y utilizar cascos
o auriculares que se ajusten a los oídos y, de ser posible, que aíslen
del ruido del entorno. También pueden limitar el tiempo dedicado a
actividades ruidosas haciendo breves descansos auditivos y restringiendo
el uso de aparatos de audio personales a menos de una hora al día. Con
la ayuda de algunas aplicaciones de los teléfonos inteligentes, pueden
vigilar los niveles seguros de exposición al ruido. Además, deben
prestar atención a las señales de advertencia de pérdida de audición y
hacerse revisiones auditivas periódicas.
Los gobiernos también tienen una importante función que desempeñar
promulgando y aplicando legislación rigurosa sobre el ruido derivado de
actividades recreativas, y sensibilizando con respecto a los riesgos de
la pérdida de audición mediante campañas de información pública. Padres,
profesores y médicos pueden educar a la juventud sobre lo que significa
una audición responsable y segura, mientras que los responsables de
lugares de ocio pueden respetar los niveles sonoros seguros establecidos
para sus locales, utilizar limitadores del sonido y ofrecer tapones
para los oídos y salas de relajación ("chill-out") a sus clientes. Los
fabricantes pueden diseñar aparatos de audio personales con
características de seguridad y exponer información sobre los niveles
sonoros seguros en los productos y sus envases.
El Sistema de Información sobre contaminación acústica (SICA) español
El SICA,
es una inciativa puesta en marcha por el Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente español en respuesta a la problemática del
ruido ambienal. Constituye la base de datos necesaria para la
organización de la información relativa a la contaminación acústica, y
permite buscar y descargar los mapas estratégicos de ruido realizados
así como los datos sobre los planes de acción contra el ruido elaborados
de acuerdo con la normativa vigente.
Fuente: http://www.greenplanet.es/2016/03/el-ruido-ambiental-uno-de-los.html?utm_content=buffer73e52&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
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