Como es bien conocido, en los últimos 150 años el planeta ha cambiado la estructura natural de su atmósfera
y su hidrósfera más que en todo el tiempo, millones de años, que tiene
de existencia. Se necesitan cambios drásticos y normas muy estrictas.
Debemos participar en forma activa en la creación de leyes y reglamentos
que tengan un impacto benéfico para el ambiente, nuestra salud y la
economía.
Con los problemas a los que nos
enfrentamos en la actualidad, problemas de tipo político, económico,
social y hasta deportivos, dejamos de lado uno con el que tenemos
contacto más cercano, el problema de la contaminación, un problema que
nosotros creamos e incrementamos de forma gradual todos los días.
Se
sabe que es fácil y con frecuencia inútil, caer en la interminable
enumeración de problemas y catástrofes ambientales que soporta nuestro planeta.
Describir calamidades no es agradable, ni para el que las cuenta, ni
para el que las escucha, pero únicamente la información y la
concientización puede corregir situaciones equivocadas y mitigar sus
consecuencias.
Se considera contaminación ambiental a la
presencia en el medio ambiente de uno o más contaminantes en cantidades
superiores a los límites tolerados por el ser humano, combinados de tal
manera que en mayor o en menor medida causan un desequilibrio ecológico y dañan la salud y el bienestar del hombre.
La contaminación ambiental
generalmente se origina como consecuencia del crecimiento y desarrollo
incontrolado de centros de población, turísticos e industriales, con el
correlativo incremento de las fuentes de contaminación, el deterioro de
los recursos naturales y el impacto de algunos fenómenos del mismo tipo,
como las erupciones volcánicas, tolvaneras, fugas tóxicas, entre otros
problemas.
A medida que aumenta el poder del hombre sobre la
naturaleza y aparecen nuevas necesidades como consecuencia de la vida en
sociedad, el medio ambiente que lo rodea se deteriora cada vez más. El
comportamiento social del hombre, que lo condujo a comunicarse por medio
del lenguaje, que posteriormente formó la cultura humana, le permitió
diferenciarse de los demás seres vivos. Pero mientras ellos se adaptan
al medio ambiente para sobrevivir, el hombre adapta y modifica ese mismo
medio según sus necesidades.
El progreso tecnológico, por una
parte y el acelerado crecimiento demográfico, por la otra, producen la
alteración del medio, llegando en algunos casos a atentar contra el
equilibrio biológico de la Tierra. No es que exista una incompatibilidad
absoluta entre el desarrollo tecnológico, el avance de la civilización y
el mantenimiento del equilibrio ecológico, pero es importante que el
hombre sepa armonizarlos. Para ello es necesario que proteja los
recursos renovables y no renovables y que tome conciencia de que el
saneamiento del ambiente es fundamental para la vida sobre el planeta.
En general, la contaminación ambiental
en Argentina es mayor que lo que se podría esperar en un país con tanta
legislación ambiental. Esto es producto de la fragmentación de los
distintos actores, sean estos municipales, provinciales o nacional, se
ha originado un cuadro de situación ambiental confuso que permite
actitudes irresponsables. En nuestro país, el análisis y el monitoreo
del ambiente es prácticamente inexistente en el caso de la mayoría de
los contaminantes. Como resultado de ello, no hay una base adecuada
sobre como tomar decisiones informadas acerca del manejo de la
contaminación ambiental.
Un contaminante es toda materia,
sustancia o sus combinaciones, compuestos o derivados químicos o
biológicos, humos, gases, polvos, cenizas, bacterias, residuos y
desperdicios, así como las formas de energía como el calor, la
radioactividad y el ruido que, al entrar en contacto con el aire, agua o suelo, altere o modifique su composición y condiciones naturales.
Los principales medios contaminados son el aire, el agua y el suelo:
- El aire:
En las grandes ciudades, la contaminación del aire se debe a
consecuencia de los escapes de gases de los motores de explosión, a los
aparatos domésticos de la calefacción, a las industrias que es liberado
en la atmósfera,
ya sea como gases, vapores o partículas sólidas capaces de mantenerse
en suspensión, con valores superiores a los normales, perjudican la vida
y la salud, tanto del ser humano como de animales y plantas.
Esta capa (la atmósfera) absorbe la mayor cantidad de radiación solar y debido a esto se produce la filtración de todos los rayos ultravioletas.
El
aumento de anhídrido carbónico en la atmósfera se debe a la combustión
del carbón y del petróleo, lo que lleva a un recalentamiento del aire y
de los mares, con lo cual se produce un desequilibrio químico en la tierra, produciendo una alta cantidad de monóxido de carbono, sumamente tóxica para los seres vivos.
La
contaminación atmosférica proviene fundamentalmente de la contaminación
industrial por combustión, y las principales causas son la generación
de electricidad y el automóvil. También hay otras sustancias tóxicas que
contaminan la atmósfera
como el plomo y el mercurio. Es importante que los habitantes de las
ciudades tomen conciencia de que el ambiente ecológico es una necesidad
primaria. Se debería legislar sobre las sustancias que pueden ir a la
atmósfera y la concentración que no debe superarse.
El aire
contaminado nos afecta en nuestro diario vivir, manifestándose de
diferentes formas en nuestro organismo, como la irritación de los ojos y
trastornos en las membranas conjuntivas, irritación en las vías
respiratorias y agravación de las enfermedades bronco pulmonares.
- El agua: Las fuentes naturales de agua
que disponemos son: el agua de lluvia, ríos, lagos, mares y aguas
subterráneas. Se encuentra en muchas rocas y piedras durísimas y también
en la atmósfera en forma de nubes o nieblas.
Desde siempre el
hombre ha volcado sus desechos en las aguas. En condiciones normales los
ríos pueden auto depurarse: las aguas arrastran los desechos hacia los
océanos, las bacterias utilizan el oxígeno disuelto en las aguas y
degradan los compuestos orgánicos, que a su vez, son consumidas por los
peces y las plantas acuáticas de volviendo el oxígeno y el carbono a la
biosfera.
Pero a medida que la humanidad fue progresando, esto se
hace cada vez más difícil. Las industrias concentran miles y miles de
personas en su entorno como lo podemos apreciar en la zona del Gran
Buenos Aires. Muchas veces los sistemas se encuentran saturados de
desechos, y las industrias vuelcan productos que no pueden ser
degradados por las bacterias. Todo esto hace que el contenido de oxígeno
disminuya drásticamente, y que el río ya no tenga capacidad para
mantener la vida en él convirtiéndose en una cloaca de varios
kilómetros. Su peligro aumenta si se mueve con lentitud.
Otro
peligro es la contaminación termal. Las grandes usinas eléctricas
emplean agua como refrigerante, esto hace que las aguas de los ríos
eleven su temperatura, provocando cambios en los procesos biológicos y, por lo tanto, se destruye la vida existente en ellos.
El
agua es un elemento vital para la alimentación, por eso requiere una
mayor higiene. Hay exigencias que están siendo cada vez menos
satisfechas, por su contaminación, lo que reduce la cantidad y calidad
del agua disponibles, como también sus fuentes naturales.
- el suelo:
El uso del suelo es otra de las características de la intervención
humana en el medio, desde la reserva de espacios para su uso exclusivo,
como en las ciudades, la industria, las comunicaciones o la agricultura,
hasta su degradación general a través de la contaminación coloidal, por
la lluvia ácida o la utilización en la agricultura de abonos químicos
nitrogenados. En la agricultura, el cultivo de una sola especie le hace
perder los nutrientes necesarios para su crecimiento, y dificultan
también el desarrollo de otras especies, con lo que se disminuye la
variedad de las plantas.
Además, la deforestación y los incendios favorecen la pérdida de suelos
sobre todo si es heredado de condiciones ecológicas antiguas, de una
manera irrecuperable. La erosión del suelo, a la que se ve sometido por
la desaparición de la cubierta vegetal, es generalizada en todo el
mundo, pero sobre todo en las regiones de tránsito ecológico.
El
establecimiento de un programa integral de control del ambiente llenaría
una necesidad crítica en este aspecto. Se necesitan más estudios y
encuestas interdisciplinarias para establecer cuál es la población que
está expuesta al riesgo de las diversas formas de la contaminación ambiental y el grado actual de amenaza al que están expuestas la salud y la seguridad como consecuencia de los contaminantes.
Como es bien conocido en los últimos 150 años, el planeta
ha cambiado la estructura natural de su atmósfera y su hidrosfera más
que en todo el tiempo, millones de años, que tiene de existencia. Por
esta razón la adecuada protección y conservación del ambiente representa
uno de los retos más importantes a los que se enfrenta la humanidad. Es
evidente que se necesitan cambios drásticos y normas muy estrictas si
se quiere conservar la calidad de vida en el planeta. Como miembros de
la sociedad debemos participar en forma activa en la creación de leyes y
reglamentos que tengan un impacto benéfico para el ambiente, nuestra
salud y la economía. Es importante señalar que las soluciones al
problema de la contaminación están más cerca de lo que uno cree, ya que
es posible en nuestra vida cotidiana contribuir con actividades
sencillas a mejorar nuestro entorno, como por ejemplo, consumir
productos no contaminantes, disminuir el uso del automóvil, separar los
desechos reciclables en el hogar, crear espacios verdes, entre otras
medidas. Es precisamente aquí donde se manifiesta en forma más
categórica el hecho de pensar globalmente, pero actuar localmente.