La educación ambiental y el medioambiente
Nuevamente escribo unas líneas que pretenden resaltar la importancia de formar generaciones educadas en materia ambiental.
Asumiendo
que tenemos tiempo suficiente como sociedad global para que los
pequeños y las futuras generaciones sean educadas de manera
diametralmente opuesta a la nuestra, donde se incorporen en la currícula
educativa los aspectos elementales para preservar el medioambiente,
será motivo de éxito en gran medida en esta lucha frontal contra la
contaminación global a escalas inverosímiles.
Los
niños son, de lejos, más preocupados y activos que nosotros. Cuando
fuimos educados sólo teníamos los consejos (a veces) de los padres pero
no era prioridad. Vivíamos en un mundo donde nada se iría a acabar y
toda basura podías botar a los ríos y mares. Nuestro planeta era lo más
grande que existía.
Pasaron
los años, la ciencia daba la razón a la madre naturaleza y los
“descalabros” sucedían. Ya no llovía cuando era temporada o habían
inundaciones cuando no debería haberlo, habían más insectos que
transmitían enfermedades, algunos niños nacían con malformaciones, el
cáncer se volvió en una nueva palabra frecuente en nuestro vocabulario y
así, muchos ejemplos más.
“Tardamos
mucho en darnos cuenta como sociedad global que nosotros, los seres
humanos, somos los responsables del estado patético del ambiente”
Como
dicen que “árbol viejo ya no se endereza”, nosotros ya conocemos y
ejercemos con pericia envidiable el arte de lucrar a costa del ambiente,
primero los billetes y si hay reclamos vemos como zafar o “acallar”
esas voces. Hay algunos, para mí son los más peligrosos dentro de esta
fauna de idiotas que manejan el discurso de “no me interesa ese tema
porque mientras dure en este mundo me interesa más mi satisfacción” o
“esos problemas son responsabilidad de los políticos solamente”…… Por
eso nos está yendo como nos va.
- La frecuencia y fuerza de los eventos climáticos extremos se debe al hombre.
- La contaminación atmosférica es causante de cáncer de vejiga y pulmón.
- La expectativa de vida se ha reducido en las grandes urbes sumidas en esmog.
- Comienzan los primeros indicios de migraciones de las víctimas ambientales al igual que se incrementaron las escaramuzas y uso de armas por fuentes de agua.
- Y tantas pero tantas más que puedes ver a tu alrededor y sacar tus propias conclusiones.
Los niños y la esperanza.-
No me cabe duda que lo son. Una
mente joven, sana, que puede entender y hasta darse cuenta por instinto
que muchas cosas que nosotros, los mayores, hacemos atenta la armonía
natural.
En el
núcleo familiar ya deben comenzar a ser ilustrados, nosotros predicando
con el ejemplo, en cosas tan básicas como apagar luces que no usamos,
no botar basuras fuera de su lugar, y demás, son cimientes válidas. En
la escuela, dirigidos por maestros competentes reforzarían y enseñarían a
formar un estilo de vida amigable con el medio.
Vivir
de una manera respetuosa para con nuestros congéneres es mandato lógico
y básico, pero desplazado por el «antropocentrismo» que nos ha
posicionado como si fuéramos una sola especie la que habita en el
planeta. Recuperar el valor del resto de los actores que convivimos es
menester que debe ser llevado a cabo pronto.
Necesitamos
reformular el tiempo de nuestros hijos (ya asumiendo nuestro rol de
promotores del cambio positivo que nace desde el hogar). Se ha
convertido en parte de nuestra vida «normal» ver a los niños encerrarse
con su consola de juegos o viendo televisión que “ya no tienen tiempo»
para conocer lo que hay afuera de su dormitorio…un mundo donde la
perfección está presente pero esa naturaleza está herida casi
mortalmente.
«Los
niños en EE.UU. entre los 3 a 12 años pasaban 27 por ciento de su
tiempo de la semana viendo televisión y un 1 por ciento fuera de un
techo».
¿Qué podemos esperar de una niñez que «quema» sus primeros años
(hasta los 10) como señalo líneas arriba si no tienen la remota idea de
qué hay fuera de la pantalla de su video juego? No mucho, no creo que
sean los mejores candidatos en convertirse en «paladines” de la lucha
contra el cambio climático. No, tampoco es pasarles toda el peso de la
responsabilidad, no deben ser paladines, sí que deben ser excelentes
ciudadanos, de eso no hay dudas.
Niños y juventud sólidamente formada podrá fungir de catalizadores en
la difusión de la buena nueva y educar a los prójimos, sean los del
vecindario, los amigos, el colegio y demás.
Concluyendo.-
Estimado
lector, que haya enfocado este artículo en los niños no te excluye que
seas parte del cambio. Adquiere estos hábitos y conviértelos en un
estilo de vida, permanente, que no solo los cumplas en el «Día de la
Tierra» o la «Hora del Planeta», sino que el año redondo.
Convierte
tu hogar en la primera línea de educación de tus hijos, desde pequeños,
es una inversión que rendirá frutos, ciudadanos de primera, respetuosos
con su entorno, solidarios, más sensibles y dispuestos a ayudar al
prójimo.
Para
terminar, toma nota que la educación en medioambiente tiene
implicaciones con bases filosóficas, epistemológicas, humanísticas y
éticas,para la formación de los futuros ciudadanos responsables con su
entorno.
FUENTE: http://www.natura-medioambiental.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario