lunes, 8 de junio de 2015

CAPA DE OZONO



Observando el planeta Tierra desde el espacio exterior, como un cuerpo solido que gira alrededor del Sol, se nota débilmente una zona de la estratosfera terrestre, es decir del área superior de la atmósfera, desde los 12 a los 100 km de altura y donde está presente la famosa capa de ozono, que contiene una concentración relativamente alta de este elemento O3, casi el 90% del presente en el planeta.
La formación del ozono de la estratosfera terrestre es catalizada por los fotones de luz ultravioleta que al interaccionar con las moléculas de oxígeno gaseoso, que está constituida por dos átomos de oxígeno (O2), rompiendo el doble enlace y separándolos en los átomos de oxígeno (oxígeno atómico) constituyente, el oxígeno atómico se combina con aquellas moléculas de O2 que aún permanecen sin disociar formando, de esta manera, moléculas de ozono, O3.
El ozono se concentra principalmente en la estratosfera, partir de los 15 km de altura, ya que sólo es estable en determinadas condiciones de presión y temperatura, pero es sumamente importante para la vida que conocemos en el planeta, ya que este elemento O3 actúa como filtro y nos protege de las radiaciones que son bastante nocivas para la vida, dicho de otra forma más simple, es como las cortinas de la casa que tamiza la luz, disminuye el calor, pero deja pasar otras radiaciones, como la ultravioleta de onda larga.
Esta radiación del Sol son la base de la pirámide o cadena trófica, ya que sin la radiación solar filtrada por la capa de ozono no se produciría la fotosíntesis, las plantas no estarían en condiciones de vivir, además, ya sabemos la importancia de las plantas en la producción del oxigeno O2 que todos respiramos.

Todos los animales toman del aire el oxígeno, que las plantas y las algas en el mar producen, este oxigeno que necesitan todos los animales para los procesos biológicos básicos, el metabolismo y la producción de energía, finalizado este proceso químico, exhalamos gas carbónico, que es tomado por las plantas para utilizarlo en el proceso de la fotosíntesis, este intercambio de oxígeno y gas carbónico es el ciclo del oxigeno necesario para la vida.
El oxígeno elemental O2, que tiene la condición de ser el tercer elemento más abundante del universo, solamente empezó a acumularse en la atmósfera después de la aparición de estos organismos fotosintéticos, las algas en el mar son los principales productores de oxigeno, por lo que no es nada raro saber que es un elemento esencial para la vida en el planeta.
La naturaleza es el conjunto de todos los seres vivos, desde las bacterias unicelulares más simples hasta las formas más complejas de vida, está envuelta en una relación dinámica, donde el ser más sencillo es importante y constituye un intrincado tejido de conexiones en todas las direcciones, cualquier alteración de las condiciones de vida en el planeta afecta a todos los elementos del sistema.


Por lo que dejamos explícitamente claro, con lo dicho anteriormente, que la relación de la capa de ozono, la fotosíntesis de las plantas y el oxigeno que todos los animales consumen, es un sistema, que si es alterado atentaría contra toda las especie existente en el planeta.
Pero este equilibrio esta viéndose afectado por la acción del hombre y del proceso de industrialización de los países más desarrollados, casi todos situados en el hemisferio norte, ellos son responsables de 80% de la contaminación en el planeta, donde solo el 23% corresponde a los Estados Unidos.

La polución mundial se ha duplicado en sólo 14 años, existen estudios científicos alarmantes que dan a conocer la magnitud de los efectos de la contaminación industrial en la salud y la población humana, la presencia de elementos como el plomo, mercurio, cromo o el amianto en el organismo genera enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón y afecta el desarrollo neurológico de niños y adultos, hoy es un problema que ya no es regional, sino global.
Al modelo global de desarrollo del mundo capitalista industrializado ha generado un desarrollo que ha conseguido aumentar el abismo que separa a los países ricos de los pobres, generando pobreza, inequidad y exclusión, aumentando la gravedad del problema.


Pero realmente alarmante es el uso de clorofluorocarbonos (CFC), el uso del gas freón, los compuestos bromurados, principalmente para los procesos de refrigeración, en los propelentes comerciales y los fungicidas de la industria agrícola, que ha logrado alterar la capa de ozono dejando un agujero de la Antártida, que ha alcanzado para el año 2005 una extensión de casi 29.000.000 de kilómetros cuadrados, más de tres veces el tamaño de Australia.

La disminución de la capa de ozono ha llegado al punto, que en 1987 las Naciones Unidades, ha establecido el protocolo de Montreal, para actuar globalmente sobre la gravedad de la situación, protegiendo la capa de ozono y adoptando medidas preventivas para controlar las emisiones mundiales de las sustancias que la agotan.
Luego en 1990 se firma la Enmienda de Londres del Protocolo de Montreal, con la finalidad de establecer un calendario para la eliminación de las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono, además se crea un fondo multilateral para cooperar con los países en desarrollo en la reconversión industrial y tecnológica.
En Copenhague 1992 se hace otra enmienda para lograr la ampliación de la lista de sustancias controladas y de un nuevo calendario de eliminación de las sustancias agotadoras, luego en 1997, de nuevo en Montreal, se establece la obligación de crear un sistema de licencias dirigido a reducir el tráfico ilegal de las sustancias que permita controlar el ingreso y egreso; así como el origen y destino de las mismas.


Pero en el 2013, hemos recibido la muy buena noticia que aparentemente el agujero en la capa de ozono, según las imágenes tomadas por la agencia espacial europea y la NASA, disminuyo en la Antártida y fue  estadísticamente el de menor tamaño en los últimos 10 años, aunque el tamaño depende mucho del tiempo frío y de los vientos de la Antártida, no por la disminución de los CFC, según los estudios científicos.

El tamaño es de 21 mil millones de kilómetros cuadrados para el 2013 comparados con los 22.5 millones de Kilómetros en la década de los noventas, pero habrá que esperar los próximos años haber si se mantiene la tendencia.

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