La
 Vía Campesina se movilizará para este acontecimiento histórico, 
representando la voz de las campesinas, campesinos y pueblos indígenas 
que defienden el bienestar de todos y todas a través de la 
implementación de la soberanía alimentaria y la protección de los 
recursos naturales.
Entre
 los días 20 y 22 de junio de 2012, los gobiernos de todo el mundo se 
reunirán en Río de Janeiro, Brasil, para conmemorar los 20 años de la 
"Cumbre de la Tierra", la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el 
Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), que estableció por primera vez 
una agenda global para el "desarrollo sostenible". Durante la cumbre de 
1992 se adoptaron la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB), la 
Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la 
Convención de Lucha contra la Desertificación. También se estableció La 
Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (CDS) para garantizar el 
seguimiento efectivo de la "Cumbre de la Tierra”.
Veinte
 años después, los gobiernos hubieran tenido que volver a reunirse para 
reseñar sus compromisos y sus avances, pero en realidad el tema a debate
 será el desarrollo basado en la "economía verde", propagando el mismo 
modelo capitalista que causó el caos climático y otras profundas crisis 
económicas, sociales y ambientales.
La
 Vía Campesina se movilizará para este acontecimiento histórico, 
representando la voz de las campesinas, campesinos y pueblos indígenas 
que defienden el bienestar de todos y todas a través de la 
implementación de la soberanía alimentaria y la protección de los 
recursos naturales.
20 años después: un planeta en crisis
20
 años después de la Cumbre de la Tierra, la vida se ha vuelto más 
difícil para la mayoría de la humanidad. El número de personas sufriendo
 de hambre ha aumentado a casi mil millones, lo que significa que uno de
 cada seis seres humanos está pasando hambre, siendo las mujeres y las 
campesinas y campesinos los más afectados. Mientras tanto, el medio 
ambiente se degrada rápidamente, la biodiversidad está siendo destruida,
 los recursos hídricos empiezan a escasear y se contaminan, sin hablar 
de los daños de la crisis climática. Esto pone en peligro nuestro futuro
 en la Tierra mientras que se incrementa la pobreza y la desigualdad.
La
 idea del "desarrollo sostenible" presentada en 1992, cual fusionó las 
preocupaciones del "desarrollo" y del "medio ambiente", no pudo resolver
 estos problemas porque no freno al sistema capitalista en su galopada 
por las ganancias a costa de los recursos humanos y naturales:
-
 El sistema alimentario está cada vez más controlado por las grandes 
empresas que buscan su propio beneficio, y no alimentar a los pueblos.
-
 La Convención sobre la Biodiversidad ha creado mecanismos de 
repartición de beneficios, que a fin de cuentas legitiman la 
capitalización de los recursos genéticos por el sector privado.
-
 La Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático inventó 
un nuevo producto muy rentable y especulativo con los mecanismos de 
comercio de carbono, permitiendo a quienes contaminan continuar 
haciéndolo obteniendo además un beneficio de ello, en lugar de forzar a 
los países y a las empresas a reducir la contaminación.
El
 marco del “desarrollo sustentable” sigue tratando a la agricultura 
campesina como atrasada y responsable del deterioro de los recursos 
naturales y el medioambiente. Se perpetua el mismo paradigma de 
crecimiento, cual es nada menos que el desarrollo capitalista bajo la 
“industrialización verde.”
La "Economía Verde", ¿el Cercamiento final?
Hoy
 en día, la "ecologización de la economía" impulsada en el período 
previo a Río +20 se basa en la misma lógica y mecanismos que están 
destruyendo el planeta y manteniendo a la gente en hambre. Por ejemplo, 
busca incorporar los aspectos de la fracasada "revolución verde" de una 
manera más amplia para garantizar las necesidades de los sectores 
industriales de producción, tales como la promoción de la uniformidad de
 las semillas, las semillas patentadas por empresas, las semillas 
genéticamente modificadas, etc.
La
 economía capitalista nunca será verde porque está requiere en la sobre 
explotación de los recursos naturales y del ser humano. Se basa en el 
crecimiento ilimitado en un planeta que ha llegado a sus límites y en la
 mercantilización de los bienes naturales que quedan y los recursos que 
han permanecido hasta ahora sin precio o bajo control del sector 
público.
En esta
 época de crisis financiera, el capitalismo mundial busca nuevas formas 
de acumulación. Y es en estas crisis que el capitalismo más acumula. 
Ahora hoy, son los territorios y los bienes comunes que son el blanco 
principal del capital. Así, la economía verde no es solamente una 
mascara verde del capitalismo. Es también una nueva ingeniería para 
apropiarse de nuestros bosques, ríos, suelos... de nuestros territorios!
Desde
 las reuniones preparatorias del año pasado hacia Río +20, la 
agricultura ha sido citada como una de las causas del cambio climático. 
Sin embargo, en las negociaciones oficiales no se ha hecho la distinción
 entre la agricultura industrial y la agricultura campesina. Tampoco se 
han explicitado las diferencias entre sus efectos sobre la pobreza, el 
clima y otros problemas sociales a los que nos enfrentamos.
La
 “economía verde” se está vendiendo como una forma de implementar el 
desarrollo sostenible en aquellos países que continúan experimentando 
altos y desproporcionados niveles de pobreza, hambre y miseria. En 
realidad, lo que se propone es una nueva fase de lo que identificamos 
como "programas verdes de ajuste estructural", que buscan alinear y 
ordenar los mercados y las regulaciones nacionales para someterlos a la 
rápida llegada del “capitalismo verde”.
En
 la lógica de la “economía verde”, los recursos naturales del planeta 
son considerados como materias primas para la producción industrial, 
como sumideros de carbono o para la especulación. Esto queda demostrado 
por el aumento de los acaparamientos de tierras a nivel mundial para la 
producción de cultivos para la exportación y los agrocombustibles. 
Nuevas propuestas como la agricultura “climática inteligente”, que 
promueve la “intensificación sostenible” de la agricultura, encarnan 
también el objetivo de las corporaciones y los agronegocios de sobre 
explotar el planeta usando la etiqueta “verde”, y haciendo que las 
campesinas y campesinos dependan cada vez más de insumos y semillas de 
elevados costes. Se está emitiendo una nueva generación de permisos de 
contaminación para el sector industrial, especialmente en los países 
desarrollados, a través de los mecanismos de Reducción de Emisiones por 
Deforestación y Degradación Forestal (REDD++) y otros programas de 
servicios ambientales.
El
 uso intensivo de varias formas de biotecnología, de las tecnologías de 
síntesis y de la geoingeniería son partes fundamentales de la 
agricultura industrial promovidos en el marco de la “economía verde.” 
Con esto, la economía verde busca asegurar que los sistemas ecológicos y
 biológicos del planeta se mantengan a la disposición del capital.
La
 promoción de la "economía verde" incluye llamadas a la plena aplicación
 de la Ronda de Doha de la OMC, la eliminación de todas las barreras 
comerciales a la entrada de "soluciones verdes", la financiación y el 
apoyo de las instituciones financieras como el Banco Mundial y de 
proyectos, como los programas de la USAID, y la legitimación continua de
 las instituciones internacionales que sirven para perpetuar y promover 
el capitalismo global.
¿Por qué nos movilizamos las campesinas y campesinos?
Nosotras
 y nosotros, campesinas y campesinos, los agricultores familiares, los 
sin tierra, los pueblos indígenas, los emigrantes —hombres y mujeres— 
estamos decididos a movilizarnos para oponernos a cualquier 
mercantilización de la vida y para proponer otra manera de organizar 
nuestra relación con la naturaleza en la Tierra. Esta se basa en la 
reforma agraria, la agroecología y la soberanía alimentaria.
- Rechazamos la “Economía Verde” como se defiende ahora en el proceso de Río +20. Es una nueva máscara para ocultar la creciente codicia de las empresas y del imperialismo alimentario en el mundo.
- Exponemos y rechazamos la captura del Proceso de Río +20 y de todos los procesos multilaterales de las Naciones Unidas por parte de las corporaciones;
- Nos oponemos al comercio de carbono y a todas las soluciones de mercado a la crisis medioambiental, incluyendo la liberalización propuesta de servicios ambientales bajo la OMC.
- Rechazamos el REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal), que permite que los países ricos eviten recortar sus emisiones de carbono mediante la financiación de proyectos, a menudo perjudiciales, en los países en desarrollo;
- Nos oponemos al acaparamiento de tierras, del agua, de las semillas, de los bosques... ¡Al acaparamiento de todos los recursos!
- Rechazamos las formas de apropriación de nuestros territorios, que sea con los créditos de carbono o con los pagos de servicios ambientales hechos por gran corporaciones;
- Exigimos la prohibición total de los proyectos y experimentos de geoingeniería, con la apariencia de tecnología “verde” o “limpia” en beneficio de los agronegocios. Esto incluye nuevas tecnologías que se están proponiendo para la adaptación y la mitigación del cambio climático bajo el lema de "geoingeniería" y “agricultura inteligente climática”, incluyendo soluciones falsas como plantas transgénicas que supuestamente se adaptan al cambio climático y el "biocarbón”, que se supone devuelve al suelo el carbono;
- Exigimos una reforma agraria auténtica que distribuya y redistribuya la tierra —el principal factor de producción— teniendo en cuenta a las mujeres y jóvenes. La tierra debe ser un medio de producción para garantizar la subsistencia de los pueblos y no debe ser una mercancía sometida a la especulación en los mercados internacionales. Rechazamos la "reforma agraria asistida por el mercado", que es sólo una forma distinta de hablar de la privatización de la tierra
- Luchamos por la producción sostenible de alimentos a pequeña escala para el consumo comunitario y local, en oposición a la agroindustria y a los monocultivos para la exportación;
- Continuamos organizando y practicando una producción basada en la agroecología, garantizando la soberanía alimentaria para todos y seguimos poniendo en marcha una gestión colectiva de los recursos.
Llamado a la acción
Hacemos
 un llamado a una gran movilización mundial entre el 18 y el 26 de junio
 en Río de Janeiro, con un campamento permanente y a una Cumbre de los 
Pueblos en la que nos opondremos a la cumbre de los gobiernos y el 
capital.
Estaremos
 en Rio en el la Cumbre de los Pueblos, donde se juntaran las luchas 
anti-capitalistas del mundo y donde propondremos verdaderas soluciones. 
La Asamblea Permanente de los Pueblos, entre los días 18 y 22 
presentaran la lucha diaria contra los promotores del capitalismo y de 
los ataques a nuestros territorios. Rio de Janeiro es hoy una de las 
ciudades que más recibe aportes del capital mundial, y que recebara la 
copa del mundo y las olimpiadas. Es decir que juntaremos muchas luchas 
simbólicas, desde los movimientos urbanos hasta los sin tierra y los 
pescadores.
Declaramos
 la semana del 5 de junio como la mayor semana en defensa del medio 
ambiente y contra las empresas transnacionales donde invitamos a todas y
 todos en el mundo a movilizarse:
- Defiende la agricultura campesina.
- Ocupa tierras para la producción de alimentos agroecológicos y no dominados por el mercado.
- Reclama e intercambia semillas campesinas.
- Protesta ante las oficinas de intercambio y comercio y pide que se ponga fin a los mercados que especulan con las materias primas y la tierra.
- Organiza asambleas locales de personas afectadas por el capitalismo.
¡Sueña con un mundo diferente y créalo!
¡El futuro que queremos se construye gracias a la reforma agraria, la agricultura campesina y la soberanía alimentaria!
¡¡GLOBALICEMOS LA LUCHA!!
¡¡GLOBALICEMOS LA ESPERANZA!!
Fuente: www.ecoportal.net
 
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