Por José Ernesto Arenas, emprendedor digital de Venezuela, con cuenta en Twitter @joseearenas quien comienza a escribir en el blog aportando con su grano de arena en materia de preservación ambiental.
El ciudadano de a pie, desde Venezuela
hasta Argentina sigue observando derrames petroleros, fabricas e
industrias que siguen lanzando sus desechos a los mares, a los ríos y
suelos, no vemos en las calles de muchas de nuestras ciudades o en los
hogares, los envases o contenedores donde poder colocar selectivamente
los desechos para que sean reciclados, hay muchísimos vehículos que
lanzan todo tipo de humo negro libremente al aire; lee: «La contaminación atmosférica se cobra más de 7 millones de personas».
Pero entonces, nos toca a cada uno de
nosotros tomar la iniciativa, informarnos, prepararnos para tomar la
acción desde nuestros hogares, trabajos, escuelas si queremos ser parte
de la solución o por ignorancia seguir siendo parte del problema.
Leemos que existen varios tipos de
contaminación (ambiental, sónica, atmosférica, hídrica) y recordando las
palabras de una persona con la que converse hace varios años, decía “…
el enemigo a vencer está más cerca de lo que imaginamos…”, y ese
“enemigo” es la contaminación por mercurio.
Pero no es solo esa contaminación tan
grave que actualmente ataca nuestras selvas suramericanas y en muchas
partes del mundo también, producto de la extracción ilegal de minerales
como el oro, donde se usa el mercurio para extraerlo contaminando ríos y
lagos. Es la minería asesina.
El mercurio está más cerca de nosotros
porque todavía lo usamos en casa y en muchos otros lugares comúnes; aún
se utilizan termómetros para medir la temperatura cuando sospechamos que
hay algún síntoma febril, o para conocer la presión arterial usando el
tensiómetro viejo (que los podemos encontrar en muchos de nuestros
hospitales públicos), también se sigue usando mercurio en trabajos
odontológicos, en las lámparas fluorescentes (bombillos ahorradores), y
hasta algunos productos farmacéuticos.
«…Hasta el dia de hoy han pasado 600 días de la firma del convenio y solo 12 países están “interesados” en la lucha contra la contaminación del mercurio…»
Amigos, amigas, debemos estar muy
pendientes y manipular con mucho cuidado todos esos instrumentos que
podríamos tener en casa, en la oficina, en la escuela, que utilizan esta
sustancia. Y no hacer, como hice yo cuando era pequeño: jugar con el
mercurio del termómetro que se cayó al piso y se quebró. ¡Y qué bonitas
gotitas plateadas cayeron al piso! ¡Jugué con ellas! !Bonitas y
contaminantes!
¿Qué debemos hacer en casa, si por accidente rompemos un termómetro de mercurio?
• Evite tocar el metal. Use guantes (que luego deberá tirar).
• Abra las ventanas de la pieza y baje la temperatura de la calefacción.
• No use aspirador ni escoba: las bolitas se romperían en otras más pequeñas.
• Recoja el mercurio con un papel o cinta adhesiva.
• Evite usar productos de limpieza, en especial si tienen amoniaco, pues podrían desprenderse compuestos tóxicos.
• No lo eche por el desagüe ni lo tire a la basura: métalo en un recipiente que no sea metálico con tapa. Y de ahí, al punto de recogida de residuos especiales.
Entre algunos de los efectos nocivos causados por la contaminación por mercurio tenemos:
• Reacciones alérgicas, irritación de la
piel, cansancio, y dolor de cabeza, y potencialmente es cancerígeno,
teratogénico y mutagénico.
Les recuerdo, y muchos de ustedes lo
saben, que la contaminación por mercurio en nuestros ríos y mares, en
nuestras selvas, en las zonas y poblaciones donde se realiza la minería
ilegal, y en donde las industrias no toman acciones para evitar la
contaminación, es un tema aparte y extenso, con alarmantes informes y
cifras.
Pero afortunadamente todo no es malo.
Desde hace algún tiempo, la Organización de las Naciones Unidas, la
Organización Mundial de la Salud y otros organismos han estado tomando
acciones para eliminación del uso mercurio tanto en actividades mineras
como en hospitales.
En el 2013, el Comité Intergubernamental de Negociación de Naciones Unidas
acordó el texto del Convenio de Minamata sobre el Mercurio. El texto
fue aprobado en la Conferencia de Plenipotenciarios, reunidos en Japón,
el 10 de octubre de 2013. El Convenio tiene por objetivo proteger la
salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones
antropógenas de mercurio y compuestos de mercurio.
Les recomiendo leer el texto completo de
dicho convenio porque hay una gran cantidad información y descripción
de productos donde se usa el mercurio, y muchos no tenemos idea de cuán
grande puede ser la contingencia si no se llevan a cabo las medidas para
su correcta manipulación. (Más información en inglés en este enlace).
Un dato interesante para finalizar, y
vuelvo a lo que escribí al principio: no vemos todavía grandes cambios
en las políticas ambientales que nuestros gobiernos latinoamericanos
quieran llevar a cabo para luchar contra la contaminación, se puede
observar en la página oficial del Convenio de Minamata sobre el Mercurio, que de los 128 países que firmaron dicho convenio solo 12 lo han ratificado,
y entre esos 12 tenemos a Guyana, Nicaragua, Estados Unidos como los
únicos países de las Américas que han ratificado el convenio. ¿Y los
otros?
Hasta el mes de hoy, junio, han pasado
mas de 600 días de la firma del convenio y solo 12 países están
“interesados” en la lucha contra la contaminación del mercurio.
Entonces, nos toca a cada uno de
nosotros tomar la iniciativa, informarnos, prepararnos para tomar la
acción desde nuestros hogares, trabajos, escuelas si queremos ser parte
de la solución o por ignorancia seguir siendo parte del problema.
Educados y conscientizados exijamos a nuestros políticos de turno que
tomen acciones claras. Que firmen el convenio, que regulen el uso de
esta sustancia, que protejan la salud pública y el medio ambiente.
Para mayor y completa información sobre el tema, con números y estadísticas:
http://www.mercuryconvention.org/
http://www.mercuryfreehealthcare.org/
http://www.ocu.org/
http://www.mercuryfreehealthcare.org/
http://www.ocu.org/
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